jueves, 16 de mayo de 2013

EL PASADO Y EL FUTURO TIENEN DISTINTOS PAPELES 2/3


La conciencia del observador: la relación entre mente y materia
En los enfoques clásicos, como se ha recordado más arriba, la irreversibilidad se debía a las aproximaciones o a la ignorancia. Es decir que era el ser humano quien introducía la irreversibilidad en una naturaleza que era considerada reversible en el tiempo y determinista. La mecánica cuántica es una ciencia curiosa: es la que más éxito ha tenido por sus previsiones experimentales, pero desde hace más de 60 años no se ha dejado de discutir acerca de sus fundamentos. En el libro El Carácter de la Física, del destacado científico Feynman, se dice: “nadie entiende la mecánica cuántica”. El conflicto surge cuando tiene lugar una observación del tipo de la que algunos llaman las ideas místicas de Jhon von Neumann, que apelan a la conciencia del observador. Es decir, el debate sobre la observación cuántica está más vivo que nunca, por eso quizá la frontera de la relación entre mente y materia sea el mayor desafío de la Nueva Física.
Es decir, las leyes básicas cuánticas o relativistas son reversibles en relación con el tiempo, lo mismo que las de la dinámica clásica. Pero en los últimos años ha habido un cambio espectacular. Por ejemplo, la declaración de un destacado científico,Lighthill, en el año 1986, significó un fuerte aldabonazo: “Hoy somos muy conscientes de que el entusiasmo que sentían nuestros predecesores por el éxito maravilloso de la mecánica newtoniana, les llevó a hacer generalizaciones en el campo de la predicción que hoy han resultado ser falsas.”
En resumen, la noción de probabilidad que recientemente habían introducido algunos científicos (Boltzmann, especialmente) para poder presentar a la flecha del tiempo, ya no se la reconoce como representativa de nuestra ignorancia y adquiere un significado objetivo. Debemos, pues, inclinarnos por una aproximación estadística basada en el empleo de probabilidades. Este un hecho de la mayor importancia, porque al abandonar las trayectorias nos apartamos de las certidumbres tranquilas de la dinámica clásica. El esquema tal como lo propone Prigogine es el siguiente: la inestabilidad (caos) nos conduce a la probabilidad ( irreversibilidad).
Es decir, la inestabilidad, el caos, nos obligan a pasar a un esquema probabilista, lo que nos lleva a estudiar el operador de evolución correspondiente, lo cual nos permitirá aclarar la ruptura de simetría temporal y por consiguiente la irreversibilidad. En general un operador corresponde a una operación matemática que transforma una función en otra.
Lo normal: la inestabilidad y el caos
Sobre esta base podemos entender las leyes del caos y describir los cambios que la inestabilidad y el caos introducen en nuestra visión del mundo. La inestabilidad, el caos, son la situación normal en el ámbito de los problemas que aborda la física contemporánea, así como el entorno contextual de las empresas.
A finales del siglo pasado Poincaré se planteó un problema de suma importancia. ¿Se pueden eliminar las interacciones? Poincaré contestó negativamente a esta pregunta. No sólo demostró que en general era imposible, sino que dio la razón por la que era imposible. Esta razón es la aparición de resonancias.
Si se pudieran eliminar las interacciones el universo sería isomorfo a un universo de partículas libres, y todo sería tan incoherente que no habría química, ni biología, ni por supuesto culturas humanas. Poincaré había establecido una diferencia esencial entre los sistemas para los que se podía eliminar la interacción, a los que llamaba sistemas integrables, y los sistemas para los que esta eliminación era imposible (por lo menos para un cálculo de perturbaciones), a los que llamaba no integrables.
Pero fue con la formulación de la teoría KAM (Kolmogorov, Arnold, Moser) en los años 50, cuando se empezó a entender la importancia extraordinaria del resultado de Poincaré. En efecto, uno de los principales resultados de esta teoría KAM, fue demostrar que a causa de las resonancias aparecen dos tipos de trayectorias: unas trayectorias regulares deterministas, pero también una trayectorias irregulares imprevisibles, que son resultado de las resonancias. La teoría de KAM hace una clasificación de las trayectorias pero no resuelve el problema de la integración de los sistemas no integrables de Poincaré. No obstante, la teoría KAM demuestra que cuando se eleva la energía del sistema, el número de trayectorias aleatorias aumenta, y finalmente el sistema se vuelve caótico.
La transición del mundo cuántico al mundo dinámico
Prigogine hace la siguiente reflexión:"cuando se comparan dos sociedades humanas como por ejemplo la sociedad del neolítico con la actual, no es que los hombres, tomados individualmente, sean distintos, más o menos inteligentes, sino que las relaciones entre los individuos han experimentado un cambio radical. Nuestra sociedad envejece más deprisa que la neolítica, porque los medios de comunicación se han modificado, y, por tanto, la dinámica de las correlaciones ha experimentado una enorme aceleración. Por eso, cuando hacemos una medición debemos tener una idea del antes y el después, y esta idea tiene que corresponder al desarrollo de los fenómenos que observamos. Esta exigencia es especialmente evidente a escala humana. No podríamos comunicarnos con una persona para la cual nuestro futuro sería su pasado y su futuro nuestro pasado".
Por tanto, no debe sorprendernos que la dinámica de las correlaciones y su aceleración haga que nuestro futuro nos parezca incierto, turbulento, más incierto aún de lo que hacía presagiar la mecánica cuántica tradicional en las relaciones de incertidumbre. La transición del mundo cuántico a nuestro mundo dinámico clásico, se realiza a través de los sistemas dinámicos inestables.

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