miércoles, 5 de junio de 2013

Encuestas, oráculos y artes adivinatorias

Es un error no darse cuenta que las encuestas son un género muy expuesto a factores de indeterminación distintos de los técnico estadísticos dominantes


Sí las encuestas se habían demostrado sólidas hasta la fecha, a la vista de lo ocurrido después del 3M, parece que habría que reflexionar sobre su utilización e interpretación ¿Para que sirven las encuestas? Una encuesta es una pesquisa, un acopio de datos obtenidos mediante consulta, referente a estados de opinión. Sin embargo, da la impresión de que se ha transformado (¿o  deformado?) hasta el punto de convertirse en superstición.

Los movimientos electorales hoy son más dinámicos. Contando con la influencia que de hecho hoy tienen los medios de comunicación como fuerzas conductoras, palían, cuando no anulan, la formación política, especialmente en aquellos casos en los que las ideologías pierden entidad. Por esta razón, algunos expertos proponen una revisión de los modelos al uso, ya que el voto de los ciudadanos, en las democracias occidentales, antes muy determinado por el pasado, su profesión, residencia o clase social, hacía posible “controlar” la profecía. Ahora, el voto es más libre, más móvil y más impredecible, viendo en ello, según algunos,  el desmantelamiento de los viejos instrumentos de la política de masas. Lo que hace pensar que es un error no darse cuenta que las encuestas son un género muy expuesto a factores de indeterminación distintos de los técnico - estadísticos dominantes, al parecer, en las instituciones dedicadas a este menester.

PREGUNTAS A PROPÓSITO

Ante esta situación surgen una serie de preguntas a propósito del papel que cabe asignarle a las encuestas: ¿Acaso su función es la de hacer vaticinios? ¿Están en condiciones de acertar? ¿Es correcto esperar que las encuestas sean precisas y fiables? ¿Son las encuestas electorales un subgénero con intenciones descriptivas y predictivas? El caso es que los explicaciones o justificaciones manifestadas por los involucrados en el fracaso de las encuestas reflejan, con sorpresa, una cierta involución frente a la cultura hoy asumida en amplios sectores de las ciencias sociales, incluso (o especialmente) en el campo de la dirección de empresas o management, ámbito desde el que me manifiesto como observador.

Los problemas que hoy plantea nuestro mundo no admiten el análisis tradicional. Resulta imposible descubrir el camino que nos lleve a encontrar la certeza frente a una decisión con incertidumbres. Estamos ante un profundo dilema. ¿Como podemos establecer un equilibrio entre predicción y la parálisis que nos producen las incertidumbres ante la decisión? No sirve jugar de adivinos en un entorno que cada vez es más turbulento. Por eso, en estos tiempos, predecir con los esquemas tradicionales, es un ejercicio cada vez más frustrante. Porque las posibilidades de no acertar son mayores que las contrarias.

ESCENARIOS MÚLTIPLES

Desde los años 70 y definitivamente desde los 80, en lo referente a predicción, hablamos más de escenarios múltiples, del cross impact, de la teoría de la catástrofe, del system dynamic, del análisis del proceso jerárquico, etc. Asumiendo esta realidad, los sistemas de dirección están evolucionando hacia la comprensión de que el progreso depende de saber crear y desarrollar procesos que protejan contra las contingencias. No se trata de aplicar simplemente la regla de tres, como un reflejo mecánico de fórmulas o procedimientos matemáticos aprendidos. Se trata de buscar puntos intermedios entre el conductivismo de algunas técnicas y otros recursos más de acuerdo con la realidad presente. Los sujetos de hoy, sometidos a un bombardeo continuo de información, bajo muy diferentes formas (entre otras las encuestas) se convierten en sujetos complejos. Es decir, piensan, perciben y actúan desde su memoria “on line”, lo que significa un conjunto de posibilidades. Esto es debido a que hoy la psicología considera a la memoria como un estado del sujeto y no como un almacén cerrado y pasivo.

Las encuestas, cuando se llevan a cabo con la frecuencia y la difusión con que se han producido antes de las elecciones del 3-M, habría que considerarlas como variables que afectan y son afectadas directamente a corto plazo, interactuando en sucesivas retroalimentaciones. Removiliza a los movilizados y provoca nuevas movilizaciones.

Una encuesta puede que sea una verdad en un momento dado, pero deja de serlo mientras se difunde. Es decir, nos encontramos ante la ciencia de las fuerzas en interacción, siendo completamente indiferente que la naturaleza de dichas fuerzas sea psíquica, biológica o física. La densa red de medios de comunicación está produciendo no solo el anunciado fenómeno de la aldea global, sino que al integrar a los individuos en torno a colectivos concernidos, los transforma en seres humanos complejos. La psicología de los colectivos concernidos está reconocida, hace años, como la propia de sistemas sociales complejos y dinámicos.

EVOLUCIÓN DEL CONOCIMIENTO

Todo esto es el reflejo de la evolución del conocimiento desde una psicología del individuo, hasta una psicología orientada a los sistemas complejos. El error ha estado en no medir las posibles consecuencias de cada nuevo estado de opinión. Quizá ha habido demasiado cálculo de probabilidades y poco enfoque de elaboración de escenarios de futuros posibles. Probablemente tengan razón los que dicen que este tipo de trabajos son frívolos, en la medida que no dejan abierta ninguna puerta a la duda. Como sabemos por la mitología, además del santuario de Delfos existían, en Grecia, otros oráculos a los que se podía también consultar. El sofista Luciano se burló de está multiplicidad de oráculos: “Apolo, gracias a la profesión complicada que ha escogido, tiene casi rasgados los oídos por la multitud de importunos que acuden a pedirle oráculos”. ¿Acaso se avecina la sustitución de los institutos de sondeo de opinión por brujos y visionarios? O acaso sea, como siempre, el reflejo del miedo a lo desconocido o a la libertad Me gustaría pensar que cuando los individuos desmienten las predicciones basadas en encuestas, en aprecio de su libertad, están dando pruebas de su soberanía.
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Madrid, 5 de junio de 2.013
Francisco J. Manso


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